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ojalá que…

la lista de la compra

Buscamos entre el centenar de libretas y tacos de notas uno apropiado. Queremos comenzar la lista de la compra, y nos sale una de deseos. Nos vienen a la cabeza los momentos que están por venir, los viajes soñados. Pero hoy no queremos irnos. Nos quedamos aquí, a vuestro lado, que gracias a vosotros el mundo nos parece más amable, más humano, menos raro.

Total, que la lista de la compra nos ha quedado rarita, como sigue:

Viernes, 6 de marzo de 2009

  • un desayuno buffet especial para Lindoro, que está a punto de despertar de su hibernación
  • una reverencia graciosa para Gladius, aunque no nos vemos el donaire, patosos que somos, pero seguro que le arrancamos una sonrisa
  • dos patucos de colores para la criatura más Optimista que va a nacer en la blogosfera
  • una imagen y una palabra para Ana, a ver si se atreve a estrenarse con ellas en el cagarrutiblog
  • una flor nueva para las Lauras de Mil Razones, para que la conviertan también en obra de arte
  • una foto nuestra para Doodo, que si no nos saca él guapos no nos saca nadie
  • un trozo de tela para Natalia, para que nos sorprenda con su imaginación
  • unas sábanas de seda reforzada para Adrien, que resistan el trasiego de su cama
  • una sonrisa para Iago, por todas las que nos arranca cada día
  • dos besos caminito de Santander, para Berto y Pili, que sabemos que se pasan por aquí de puntillas
  • una palabra para Ella, que las escoge como nadie
  • una caricia para Maddriz, para que nos la devuelva en forma de post, o se la regale a su querida Winnie
  • otra caricia para Winnie, que nos las da todas a todos, para que se la quede o se la regale a su querido Maddriz
  • una piña colada para Expreso, para que la meta en esa nevera de colores tan bonita como la ilusión de todos los que lo hacen
  • un gato para Indi-yon, que le dé calorcito por las noches, con el deseo de que le salga por lo menos la mitad de adorable que los Chiscos
  • mil besiños para los que se pasan por aquí alguna vez, por regalarnos su tiempo, con la de cosas más interesantes que hay en la red
  • unas perdices de cuento para Ita y para Ito, que la historia de amor ya la ponen ellos
  • un viaje al Caribe para Reikjavik, para que se cambie de bando, que lo vemos más en el del calorcito
  • un antiarrugas para Sísifo, para que no se nos haga demasiado viejo nunca, no vayamos a quedarnos sin su poesía
  • un enjambre de moscas de mentira comestibles para los Chiscos, para que se sacien antes del verano
  • un abrazo fuerte para Iñaki, por los que él nos regala a manos llenas
  • una noche tinerfeña para Gema, que tanto disfruta las islas, y una pelota nueva para Truly
  • un guiño agradecido a los autores de todos los vídeos y las imágenes que nos descargamos de internet
  • otro guiño a todos los blogs anónimos con los que echamos una canita al aire de vez en cuando, que nos sabe a gloria
  • un beso y un cum laude para Blueyes, que se los está ganando a pulso
  • un helado gigante de chocolate y una peli de mucho miedo para nuestra querida e Insólita alter ego, que las sonrisas bonitas las tiene patentadas todas ella

Gracias, gracias, gracias.

Los Chiscos y Ana

a por el verde

Que digo yo… que si el Corte Inglés lo lleva haciendo toda la vida, a ver por qué no voy yo a poder declarar inaugurada la primavera cuando me apetezca, que a chula no hay centro comercial que me gane. Así que eso, que ya es primavera en casa de los chiscos.

Total que, una vez decidida la cuestión fundamental, ni corta ni perezosa me he lanzado sin reservas al consumismo marujil, en busca del verde-hierba en todas sus variedades hogareñas, que por lo visto es el must de esta temporada.

De momento me he surtido de manteles de tamaños dispares, en lino y algodón, caminos de mesa en verde, rojo pimiento y anaranjado, lisos y no tanto, y servilletas de papel de esas que da pena tirar, con frutas, hortalizas y colorines varios.

Mañana o pasado, como muy tarde, toca renovación de cojines, y también voy a tirarme de cabeza al verde, que quiero una casa con sabor a revolcones en la hierba, a rana de cuento, a musgo de manantial, a beso con chicle de clorofila, a mojito con menta fresca.

No sé si es que me ha entrado complejo de vaca frisona o que me he pasado con las comilonas invernales y el cuerpo, tan sabio siempre, necesita vitaminas. Y eso que, por mucho que hoy piense en verde, sigo prefiriendo la Estrella Galicia a la Heineken, que conste.

Aprovecho para declarar aquí solemnemente que hoy comienzo una dieta que va a coincidir exactamente con la Cuaresma y que espero sea la última de mi vida (no te descojones, Blue), porque me voy a quedar tan divina de la muerte que eso no va a haber dios que lo mejore, como no sea con cirugía y de la radical. Que igual también 😀

Por si me falla la voluntad, que además de tenerla maltrecha hay que reconocer que a la pobre la tengo muy tentada con tanta xuntanza gastronómica y tanto sarao, me he puesto una pulserita verde, para que sea mirarla y resistir las flaquezas.

Para completar la(s) metamorfosis, esta tarde bajaré a asaltar la floristería de enfrente, a por algo refrescante y a ver si han llegado las primaveras, que me recuerdan a las que crecen en las húmedas cunetas gallegas. Los chiscos, encantados, porque a más variedad de verdes y flores, más cosas ricas para mordisquear.

Mira tú lo que son las cosas. A mí que la primavera siempre me ha parecido una estación bastante repipi, con tanto brote tierno y tanta poesía y tanta leche; una antesala cutre del tórrido, sensual, disoluto y tentador verano, vamos. Pero este año, oye, que estoy deseando estrenar.

Así que, bienvenidos a la primavera, queridos míos. Aquí os esperamos, rodeados de verde.

hierba

aviso para viejas

Yo soy una tía pacífica. Aunque algunos no lo crean, porque a veces me guste guerrear y discutir por el simple placer de discutir. Aunque otras me embarque en batallas propias y extrañas cuando siento que algo es injusto -con el conformismo no puedo-. De verdad, soy pacífica. Pero un día me voy a chinar (que diría mi amigo Luisdo) y ese día va a arder Troya.

Ayer estaba entrando en una tienda -a ritmo normal- cuando noto un empujón por detrás y veo por el rabillo del ojo un bulto pequeño y peludo que me finta por la izquierda de mala manera y se me cuela descaradamente para dirigirse a la dependienta antes que yo. No, no era un caniche, era una vieja. Con abrigo de conejo, lo menos, y peinado de rulos incluidos.

Vaya por delante que a mí se me puede acusar de cualquier cosa excepto de machismo o de falta de respeto por quienes peinan canas. Si hay algo que me gusta es la gente mayor, pero no toda, claro. Rechazo la idea de que cuanto más viejo más respeto te mereces. El respeto hay que ganárselo, y/o es intrínseco a la persona, desde que nace. Además, cuando alguien es un encanto, esto suele aumentar con los años, pero a los hijoputas también se les hace más grande la cosa a medida que pasa el tiempo. Y, lo siento, pero las tías, no sé por qué, se llevan la palma en esto del morro.

Total, que la vieja se me cuela con malas artes y, encima, se pone a dar la tosta a las pobres dependientas con un morro que lo flipas, intentando que le regalen no sé qué de una promoción que no correspondía. Yo, callada.

Unas horas después salí pitando de trabajar para comprar pan antes de que me cerrasen. Suelo ir a una tienda de barrio, de esas de toda la vida, al lado de casa, donde te van atendiendo por orden. En veinte minutos intentaron saltarse el turno tres viejas más. Con abrigos de animal muerto incluido, perlas en las orejas y más cara que espalda.

No dije nada, porque debo de ser imbécil, pero me debieron de notar en la cara que se me estaban hinchando las narices, porque todavía comentaron algo de la prisa que tenían. Ja! Me río yo de la prisa de unas pavas jubiladas que tienen toda la puta mañana libre para comprar y tienen que ir a la única hora que podemos los demás.

Esto me pasa desde siempre. Estoy hartita de ceder el paso en las aceras, dejar salir antes de entrar, esperar pacientemente mi turno y, a cambio, encontrarme a hordas de viejas repelentes que intentan pisotearme. Y luego, encima, tener que escuchar a cada momento que los jóvenes son unos maleducados.

Así que un día me voy a chinar -que se preparen que está cerca- y al próximo vejestorio que intente colárseme con una maniobra digna de Ronaldinho lo voy a coger del cuello peludo del abrigo y lo voy a levantar en volandas hasta dejarlo colgado en el perchero más próximo, pataleando.

Le voy a hacer un nudo con los rizos de rulo y las orejas, a modo de moño, y encima le voy a poner un cartel que diga: ‘cuanto más vieja soy, más morro tengo’.

Y, terminada la operación, mientras la señora patalea, se lo voy a explicar, bien clarito. Todo esto y mucho más, incluido lo que pienso sobre sus abrigos de piel. Qué ganas tengo.

abrigo-piel_1

por un mundo mejor

Hoy los chiscos y yo hemos decidido por unanimidad piratear a dos blogueros amigos, porque suscribimos lo que dicen, pero ellos lo cuentan mucho mejor que nosotros.

El primero, Doodo, que ha colgado un post tan contundente como sencillo, para pensar -son sólo tres líneas, pero magistrales-, que os invitamos a que leáis, porque nos parece toda una regla de vida. (Y puestos a piratear, echadle un vistazo a Viaje a Siseli, una chulada, de verdad)

El segundo, Clornelivs, que ha creado un manifiesto por la solidaridad que hemos conocido a través del blog de Mi vida y paranoias y reproducimos aquí abajo. Su viaje a través de internet ha comenzado imparable, y aspira a llegar a todo el mundo, también a sus destinatarios, aunque todos lo somos de alguna manera. En su blog podéis encontrar traducciones a otros idiomas. Si quieres ayudarnos a conseguirlo, copia y pega.

hambre 

MANIFIESTO POR LA SOLIDARIDAD
QUIENES SOMOS:
Los que suscribimos este manifiesto somos ciudadanos en el pleno uso de nuestros derechos civiles, y titulares de la soberanía popular, de la cual emanan los poderes del Estado.

Los firmantes nos dirigimos a todos los ciudadanos del mundo, conocedores de la situación de pobreza, hambre y enfermedad en la que se encuentra gran parte de la población humana en un momento histórico, como el actual, en el que se disponen de los suficientes medios políticos, económicos y científicos que pudieran solucionar estos problemas.

Este manifiesto tiene vocación de universalidad, y va dirigido a toda la humanidad, a cada ser humano que habita el planeta, para que tome conciencia de la terrible situación a la que se enfrentan millones de personas y de alguna manera actúe en consecuencia para terminar con esta insostenible situación. Por ello la versión original en español será traducida a diversas lenguas, pues nuestro propósito consiste en hacer oír la voz de la opinión pública en los lugares en las que se toman las decisiones políticas y económicas del mundo.

A QUIÉN NOS DIRIGIMOS:

Nos dirigimos a la clase política gobernante de nuestros países; así como a los más altos mandatarios de las Organizaciones Internacionales, tales como la Organización de las Naciones Unidas, y a los Presidentes y Gobiernos de los países más poderosos económicamente de la Tierra.

LES MANIFESTAMOS:

1.- Que este texto tiene su origen en la constatación de la extrema situación de necesidad y de hambre que sufre una gran parte de la población de la Tierra y en el desigual e injusto reparto de bienes que existe actualmente en el mundo. Entendemos que la ecuanimidad y la armonía en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, por lo cual es inadmisible que una gran parte de la población mundial tenga que enfrentarse a una realidad tan precaria, a tal grado de injusticia y desigualdad, a tanta hambre, pobreza y desnutrición.

2.- Que consideramos que dicha situación es intrínsecamente perversa y no admisible ni moral ni éticamente, dado que todos los seres humanos nacen libres e iguales. Igualmente, tenemos presente que todos los ciudadanos del mundo tienen esos derechos desde el mismo instante de su nacimiento y no como una promesa futura cuya conquista dependa de la realidad política, social o económica de sus países.

3.- Que defendemos que es completamente injusto, inmoral y un crimen humanitario punible ante los tribunales internacionales y la Historia que, en pleno Siglo XXI, existan seres humanos que pasen hambre en el mundo, y que mueran por ello. Que es un agravante de ese crimen que, existiendo las leyes internacionales suficientes, así como los medios técnicos, económicos y científicos para corregir dicha situación, los que ejercen el poder en el mundo no lleven a cabo las acciones necesarias para solucionar lo que generaciones futuras calificarán de verdadero genocidio en el que serán culpables todos aquellos que, teniendo los medios para solucionar el problema, no los hayan empleado.

4.- Que consideramos que esta injusta situación es contraria al Derecho Natural, a los Derechos Humanos y a las normas de la más elemental ética, y entendemos que ha llegado el momento de que la voz de la opinión pública exija de sus gobernantes el final de tal estado de cosas.

5.- Que el presente manifiesto no es un manifiesto utópico; y que tampoco es un manifiesto político, ni se pretende con el mismo la instauración de un nuevo orden político o socio-económico mundial, ni ningún menoscabo del tejido empresarial, sanitario y social del mundo desarrollado, sino la más elemental justicia con los desfavorecidos.

POR TODO ELLO, EXIGIMOS A NUESTROS GOBERNANTES:

1.- La adopción de medidas inmediatas y urgentes para paliar tal situación de hambre, enfermedad y desnutrición en el tercer mundo. Consideramos que tales medidas no constituyen una utopía, sino que son perfectamente viables y posibles.
2.- Mantener el compromiso de cumplir los Objetivos del Milenio que, establecidos por Naciones Unidas en el año 2000, definen los principios a los que ha de ajustarse la actuación de los países y del sistema económico internacional para superar, con el horizonte fijado en 2015, las injusticias que aquejan a la humanidad.

3.- La realización de acciones solidarias sistemáticas con los países más desfavorecidos y que se establezca un orden lógico y humano de prioridades en la política económica, con proyectos inteligentes que creen riqueza y puestos de trabajo en los países afectados, facilitando un desarrollo sostenible y un progreso que les ayude a la consolidación de una red sanitaria, económica y social estable que haga posible el retorno a una situación de partida igualitaria.

4.- Que se tomen las medidas necesarias para que los países ricos destinen una parte de sus presupuestos a la creación de riqueza, de empresas y de fuentes de trabajo en los países afectados; así como la adopción de un acuerdo internacional, que debería subscribirse en la ONU de obligado cumplimiento para los países desarrollados.

5.- La implantación de un código ético que regule la estrategia de las empresas multinacionales, así como la eliminación de los paraísos fiscales y la aplicación de la tasa Tobin, ú otra similar, a las transacciones comerciales internacionales, que permita crear un fondo de solidaridad gestionado por Naciones Unidas.

6.- No aceptaremos simples declaraciones de principios que no se traduzcan en políticas concretas. En definitiva, APELAMOS al sentido de la generosidad y humanidad de todos, y fundamentalmente de la clase política internacional económicamente poderosa.

Desde la tierra que espera y cree firmemente en la Solidaridad que construya un mundo mejor y más justo, a 5 de febrero de 2009

me encantaría estrenar agenda

Me gustaría tener siete vidas paralelas, sólo para poder tener otras tantas agendas en las que escribir cada día. Mira que me gustan. Una de las pocas cosas que no molan de comenzar año es la cantidad de ellas que me regalan, me encuentro en los escaparates, en los kioscos, tan bonitas, tan vírgenes, y yo sin poder estrenar.

La culpa la tiene esa querencia mía por las agendas escolares -reminiscencias de mis tiempos de estudiante o, más bien, será que soy la eterna estudiante- que traslada mis estrenos a septiembre.

De hecho, cada año me paso medio agosto de papelería en papelería (dulce peregrinación) esperando a que saquen a la venta las primeras. Desde hace ya varios cursos soy fiel a finocam, que tiene unas gorditas, de espiral, más pequeñas que un A5, con gomita y separadores de plástico duro. Eso sí, cada año varío de diseño, a cada cual más popero.

Total, que este mes me muerdo las uñas pensando en la cantidad de oportunidades desaprovechadas. Todo dios estrenando agenda y yo con estos pelos.

El otro día no pude resistirme y compré una. No sé qué leches voy a hacer con ella. Seguramente dormirá el sueño de los justos en la estantería hasta que la utilice para tomar notas o algo. Pero es que es tan bonita…

Mira que para otras cosas soy yo más avanzada tecnológicamente, pero qué placer leer cada mañana las tareas pendientes negro sobre blanco, no hay color. Y qué deciros del gustito de ir tachando…

Mis amigos se chotean diciendo que apunto hasta cuando voy a… Pero en este tema, como en otros, me resbalan las críticas. Además, luego, bien que se acuerdan de Anita que apunta todo cuando les falla la memoria.

Pues eso, que no sé cómo se puede vivir sin agenda, con la cantidad de disco duro que te ahorras exportando al papel las cositas de cada día. Que dicen que el saber no ocupa lugar, pero la cabeza se te queda mucho más despejada, os lo aseguro.

Por favor, contadme que vosotros sí estrenáis agenda, para que pueda saborear ese placer, aunque sea en tercera persona…

asi-es-la-mia

buenos días y buena suerte

Bueno, pues por fin ha llegado. El día que más ilusiones genera en todo el año, con permiso de los reyes magos, el de la lotería de navidad. Que sí, que habrá otros sorteos más rentables, pero ¿quién no ha soñado alguna vez con salir en el telediario agitando la botellita de cava con su vecina maripuri, frente a la administación de su barrio, en orgía colectiva?

Yo, como cada año, como -imagino- el resto del mundo, estoy segurísima de que esta vez me va a tocar el gordo. Y me voy a pasar la mañana escuchando por la radio el soniquete de los niños de san Ildefonso, y el remover de las bolas en el bombo. Porque esas, como muchas otras cosas, suenan mejor en la radio.

Qué emoción según va pasando la mañana, pensando que el próximo premio será el tuyo. ¿Dónde dices que ha tocado el segundo? En Murcia. Uy, si yo estuve una vez allí, a ver si voy a llevar algo… Dos segundos de magia hasta que te das cuenta de que no, de que llevas cuatro números, todos comprados en tu ciudad, a 600 kilómetros, y Murcia hace cinco años que no la pisas.

Pero, oye, la mañanita de nervios no te la quita nadie. Y mola, aunque no toque. A ver si esta tarde, además, nos podemos contar que sí, que este año nos ha tocado. Suerte a todos.

trebol-4-hojas

rentabilizando la lotería

No suelo comprar lotería, ni hacer primitivas, ni quinielas, sólo media docena de cupones de la Once al año, con algún amigo.

No sé si es porque soy bastante práctica o porque me curé en salud cuando tenía 13 años. Una compañera de clase me pidió que le hiciese una quiniela que le había encargado su madre, porque ella no estaba nada puesta y a mí me encantaba el fútbol. Y le tocó. No se hizo millonaria, pero sí se llevó un buen pellizco. Y, aunque nunca se lo dije, yo pensaba que la señora me haría al menos un regalito. Hacer feliz a una preadolescente le hubiese salido barato. Pero no hubo nada de eso. Así que me desencanté de los juegos de azar, mis probabilidades de ganar ya están cubiertas de por vida y habían sido poco fructíferas.

Pero, oye, es llegar la navidad y no puedo evitarlo. Todos los años compro cinco o seis décimos. El que jugamos todos los compañeros de trabajo, el de mi panadería, el de la cafetería del desayuno… Puede parecer poco pero, teniendo en cuenta que es el sorteo menos rentable del calendario, es una pasta.

Y no sé si será la tradición, el excelente márketing que nos come el tarro desde noviembre o qué, pero cada año estoy absolutamente segura de que me va a tocar. No me haré rica, claro, pero me permitirá cumplir algunos sueños. O, por lo menos, soñar, que ya es mucho.

Una vuelta al mundo sin prisas, regalar viajes de cuento a todos los que quiero, un empujón definitivo a nuestra ilusión editorial, un hangar con tres o cuatro joyas del motor, incluido un camión y un avión privado, una villa en la Toscana con miles de hectáreas para que los animalitos abandonados vivan como reyes, una sala de quinientos metros llena de estanterías donde quepan todos los libros, libretas y papeles del mundo… Sueños vulgares, me doy cuenta, e imposibles, también me doy cuenta.

Esta semana he vuelto a comprar lotería de navidad que sé que no tocará, pero estoy pensando que no es dinero perdido porque, al fin y al cabo, un año más, me permite comprar esos sueños. ¿Cuáles son los tuyos?

avion

es lo bueno que tiene

Ayer por la tarde, nada más atravesar el río por el puente de Poniente, hacia el Patio Herreriano, me crucé con una montaña de gusanitos andante. Imagino que debajo había un señor, claro, pero lo único que se veía eran millones de gusanitos en bolsitas de plástico transparente y azul.

Desde entonces, cada tres minutos me viene a la cabeza una imagen: una enorme piscina llena de gusanitos y yo bañándome en ella, vestida de azul y a todo comer.

A veces, cuando voy conduciendo, pienso que a la vuelta de una curva me voy a encontrar volcado un camión de pipas Facundo (ya sé que hago mucha publi, pero es que quiero que las compren mucho para que nunca se acaben), o de gominolas, o de helados. Sin heridos, claro, pero con las puertas abiertas de par en par.

Creo que una de las mejores cosas que tiene ser mayor es que puedes comprarte todas las chuches que quieras, y comerlas en desorden, sin que nadie te diga nada, hasta que te duela la barriga. Que acaba doliendo, os lo dice una experta en empachos (es que como por los ojos, dicen los que me conocen). Blueyes también lo puede decir, qué homenajes de golosinas nos hemos dado juntos.

Recuerdo como si fuera hoy la primera vez que mi padre me dio cinco duros. Yo debía de tener unos 6 ó 7 años y aquello me pareció una fortuna. Tanto, que le pregunté: -¿No será mucho? -No hace falta que te lo gastes todo junto, contestó sonriente.

Pero la primera parada fue en el kiosko del parque delante de mi cole, el Santa María Goretti. Imaginaos si hace tiempo de esto que había unos caramelos pequeños de nata envueltos en papel brillante (plateado, rojo, azul o verde) que costaban dos a peseta.

Ahora lo que más me gusta son los corazones de melocotón y fresa, los regalices rojos, los ositos de colores y las nubes, esos cilindros blanditos que comí derretidos al fuego por primera vez en la selva de Tabasco.

Mañana es un día especial para mí porque estoy de cumple. Mil gracias por esas felicitaciones tempranas tan bonitas. Este año voy a estar más desconectada que nunca, en un lugar que prefiero no desvelar. No tendré tarta ni velas pero, a cambio, me voy a llevar una bolsa de lambonadas que eso no va a ser normal. 😀

Es lo que tiene ser un año mayor, que puedes comer aún más chuches que el anterior.

ositos

o igual sí lo sé

Qué ironía. Una, que se conoce bastante bien -aunque a veces la vida te sorprende-, sabe que tiene muchos defectos graves. Pero muchos. Y convive con ellos como puede. Los tolera y los comprende, cuando seguramente debería hacer algo más, como intentar enmendarlos. En cambio, a las personas que quiere de verdad las presume casi inmaculadas, hasta que se da cuenta de que no. A veces dolorosamente. Y se le caen los mitos. Y a los mitos es muy difícil tolerarles los defectos, porque dejan de serlo.

No me siento especialmente orgullosa de algunas cosas que he hecho. Alucino cuando alguien dice que no se arrepiente de nada, que no cambiaría ni una coma de su vida. Yo me arrepiento de muchas cosas que no haría si pudiese volver atrás. Seguramente soy peor que la media de los mortales, lo pienso a veces. Y aún así -otra vez la ironía- doy por hecho que merezco a mi lado a alguien muy especial. De hecho, siempre he presumido de tener a mi lado a los mejores.

Pero, claro, no podía ser tan bonito. En los últimos meses mi cabeza y mi corazón han estado -están- muy revueltos. He sufrido y he causado sufrimiento. Mucho. Y, sin embargo, la persona más lastimada me ha demostrado en todo momento que es mucho mejor que yo. Que es un amigo de verdad, un compañero generoso, que me respeta libre -lo que más me gusta de él- y me quiere por encima de todo. Me ha sorprendido -me sigue sorprendiendo cada día- devolviéndome sinceridad por mentiras.

Me considero una persona noble y que va de frente. Sin embargo -otra ironía más- he mentido muchas veces. Algunas por salvar el pellejo y otras, las más, por no lastimar. Él no. Por eso le han dolido más mis mentiras, porque él nunca miente, nunca actúa subrepticiamente. ¿O sí?

Hubo una vez, creo. Una llamada sospechosa a cierto canal de televisión local. Me hizo sospechar. Pasó. No lo creí capaz. Pero hoy, no lo puedo evitar, hoy está a punto de caérseme un mito. Unos cuantos mensajes anónimos en un blog me tienen el corazón acelerado de miedo. Puede que quien yo creía noble no lo sea tanto. Puede que lo que yo más apreciaba de estar a su lado, la libertad, sea en realidad una libertad vigilada.

Soy tolerante. Otra vez mis defectos y mis errores hacen que comprenda que el ser humano es débil. Comprendo y perdono casi todo. Más cuando amo. Pero no todo. Por muy enamorada que estuviese, hay tres cosas que me harían bajar de la nube rosa de inmediato. Una, por supuesto, el machismo, aunque afortunadamente sólo lo conozco por las películas. Otra, los celos, porque no entiendo el amor como posesión. La tercera, que crucen el límite de mi intimidad.

Siempre he pensado que es mucho menos íntimo compartir tu lecho que tu agenda. De hecho, he compartido cama con muchas personas, pero a muy, muy pocas he permitido que lean mis notas y con menos aún he compartido equipo y hasta usuario administrador. Y, desde luego, doy por hecho que ésas no utilizarán sus fuentes privilegiadas -confiadas- para hacerme daño.

Claro, seguramente no soy la más indicada para juzgar a nadie. A veces el dolor es tan intenso que nos saca lo peor, eso que también todos llevamos dentro. Y en el amor y en la guerra, ya sabéis, todo vale.

Perdonad el rollo. Pero es que hoy tengo el corazón helado por la sospecha. Tengo miedo porque sé que hay puertas que si se cruzan no permiten volver atrás. Y creo que estoy a punto de cruzar una.

Y aunque las lágrimas no me dejen seguir, mientras Chisco me habla preocupada desde su atalaya junto al teclado y el cielo fuera se viste con traje de agua, le quiero dedicar esta canción. Él sabe que lo quiero. Aunque sí. Y -ojalá- por si no.

estrenando ilusiones

Pues sí, parece que este mes va a ser de economía de guerra, con tanta apuesta perdida. Hace un rato, a una hora del cierre de los últimos colegios electorales, las alertas de los diarios llenaban mi correo con una rotunda victoria de Obama.

Me alegro mucho, no creáis. Por haberme equivocado en mi diagnóstico sobre el racismo oculto. Hace una pila de años, en mi primer viaje a Estados Unidos, sufrí en mis propias carnes la discriminación racial. Fue suave, simplemente me echaron de una piscina pública por ‘puertorriqueña’. La verdad es que estaba tan morena que parecía más bien un conguito del mismo Congo. Tanto tiempo después, me ilusiona comprobar que las cosas son diferentes. Que han sido capaces de poner sus vidas y su futuro -y el nuestro- en manos de un hombre en el que creen, aunque sea negro.

No sólo eso: me ilusiona pensar que el mundo comienza una nueva etapa. Es como estrenar casa, o ciudad, o amor. Notas que se te ilumina la bombilla y se te hace un nudo en el estómago. No sabes cómo será pero disfrutas imaginando que mejor. Piensas en lo que harás esta vez para que cada pieza encaje, para que ahora sí sea posible. De repente, lo ves todo más bonito y miras con cariño alrededor, sin rencor, con nostalgia incluso. No hay tiempo, el futuro ha echado ya a caminar.

Un poquito de miedo y un mucho de expectativas, de oportunidades, de sueños. Puede, como dice Ismael Serrano, que sea hora de ocupar otra vez la Sorbona; que hoy quede menos lejos aquel mayo, menos lejos Saint Denis; y que esta vez, bajo los adoquines, sí haya arena de playa…

Esta canción va para ti que, a pesar de los tropiezos, sigues estrenando ilusión en cada etapa que comienza.